¿Se puede comenzar de nuevo? Cerrar etapas no es fácil, pero es un desafío que hay que asumir. Quiero decire que no estás sola, te cuento mi experiencia.
Tomar la decisión de alejarme de mi trabajo, que había sido como un segundo hogar durante casi 18 años, no fue una tarea sencilla. En ese lugar, experimenté un crecimiento personal, evolución y transformación que me desafiaron a superar mis límites. Sin embargo, las presiones externas me empujaron hacia la inevitable despedida, y se convirtió en una especie de muerte lenta, dolorosa y abrumadora.
El día llegó y una avalancha de emociones me envolvió. Siempre había temido este momento, la angustia a no saber qué hacer después me acechaba. De repente, ese miedo se volvió más real que nunca.
Las semanas que siguieron fueron confusas, sin un claro entendimiento de lo que estaba pasando. Lo único que sabía era que necesitaba tomarme un tiempo. Me enfrenté a un profundo dolor, mi ego resultó herido y el mundo exterior me presionaba para que buscara un nuevo trabajo. Voces a mi alrededor me recordaban lo competente y profesional que era, pero yo seguía sin tener una respuesta. Lo único que tenía claro era que no quería escuchar consejos de nadie sobre el tema.
Durante ese período, tuve la oportunidad de conectarme con una especialista que me permitió enfrentar las emociones que había estado reprimiendo. Buscar ayuda de profesionales en estos momentos de poca claridad es una buena decisión. Esto me permitió llorar y recordar los momentos de alta presión en el trabajo, las noches en vela por la ansiedad y cómo me encerraba en mi oficina para recuperar la calma antes de volver a ser la líder serena que todos esperaban que fuera.
A medida que mi panorama se fue aclarando, comenzaron a surgir preguntas cruciales: ¿Qué lecciones había aprendido en esos 18 años? ¿Qué sacrificios había hecho? ¿Era eso lo que realmente deseaba seguir haciendo? ¿Es seguro regresar al mundo corporativo? ¿Había sueños pendientes que debía perseguir? ¿Qué quería realmente para mí?
Más de dos años después, todavía estoy en proceso de reconectar con mi verdadera esencia. No es fácil auto descubrirse y reinventarse. A menudo se siente como subir una montaña rusa una y otra vez. Deshacerme de los títulos y roles que había acumulado a lo largo de mi vida es un verdadero desafío.
Embarcarme en una carrera independiente y emprender significa confiar en mis habilidades y enfrentar el miedo con valentía. En este viaje, me he topado con obstáculos como la falta de recursos, la incertidumbre financiera y la preocupación de mi entorno. Pero salir de mi zona de confort significa soltar el peso de la mochila que me impedía avanzar.
Escribir este texto es parte de mi proceso de liberación y un paso hacia un nuevo nivel. Hoy continúo aprendiendo a reconocerme, a aceptar mi vulnerabilidad y a abrazar mi fortaleza desde mi verdadera naturaleza. El tiempo se ha convertido en mi aliado y maestro, a veces exigente y otras comprensivo conmigo y mis otros yo.
Si estás transitando por una situación similar, quizás tengas esos ‘otros yo’ que han estado escondidos durante años, esperando el momento adecuado para salir a flote. Solo debes mirar hacia adentro. No importa cuánto tiempo te lleve, el proceso de autodescubrimiento es un regalo que te haces a ti misma. Siéntete libre de unirte a este viaje y descubrir tu poder interior. Toma un papel y lápiz, comienza a descargar a través de la escritura.
Recuerda, siempre eres suficiente, vulnerable y fuerte desde tu verdadera esencia. ¡Aquí estamos, listas para abrazar a todos nuestros ‘otros yo’ y celebrar nuestra autenticidad!
Te mando un abrazo
Ericka