Hace unos días estuve investigando sobre algunos temas que considero importante abordar, ahora que estoy incursionando en este nuevo mundo. Es obvio que mi “Yo Emprendedor” ha despertado con fuerza y con un gran ímpetu de seguir aprendiendo para lograr mis objetivos, pero hay otros “yo” dentro de mí que también van aflorando.
Uno importante es mi “Yo Mujer” y se los cuento porque éste se impactó cuando en un artículo de la página web de CEPAL (Comisión Económica para América Latina) encontré información sobre la consecuencia de la pandemia, especialmente en la vida de las mujeres.
El artículo decía que la crisis generada por la pandemia del COVID-19 impactó negativamente en la ocupación y en las condiciones laborales de las mujeres en América Latina y el Caribe, generando un retroceso de más de una década en los avances logrados en materia de participación laboral. A ello sumemos, el hecho que las mujeres ya tenían, antes de la pandemia, una menor participación en el mercado de trabajo en relación con los hombres.
Muchas mujeres fueron despedidas de sus trabajos[1] y algunas no pudieron buscar otro o incluso algunas tuvieron que renunciar al suyo, debido a la carga desproporcionada de responsabilidades del hogar, principalmente las relacionadas a las tareas domésticas y de cuidado no remuneradas que tienen tradicionalmente las mujeres en relación con los hombres.
Estas tareas domésticas se vieron incrementadas debido al cierre de escuelas y al confinamiento. Además, era necesario que alguien se quede en casa para ayudar a los hijos a adaptarse a este nuevo proceso de clases de virtuales o atender a adultos mayores o personas con discapacidad, entre otros. No olvidemos que las mujeres que continuaron trabajando, tuvieron que sumar a sus deberes profesionales, los deberes del hogar, lo cual afectó la concentración y el horario laboral se convirtió en una utopía. Al menos, esto último lo vivé en carne propia y créanme cuando les digo que es algo que no extraño.
Ahora, ante la incertidumbre respecto al futuro muchas mujeres siguen considerando retirarse de la fuerza laboral o reducir sus horas de trabajo, pero la preocupación es obvia, ¿cómo hacemos con los ingresos?
Yo opté por tomar al toro por las astas y crearme un empleo, bajo mis condiciones y términos. Es un mundo nuevo para mí, sí. Tengo miedo, sí. Pero es cuestión de decisión, después de todo “la gestión de las mujeres es más eficiente y productiva, sobre todo en tiempos de crisis. El futuro tiene cara de mujer” como lo mencionó Silvina Moschini, CEO y fundadora de SheWorks!